El Diablo Sobre Teclas

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viernes, julio 21, 2006

Por la boca muere el golfar

¿Quién nos lo iba a decir? A estas alturas, nos hemos enterado de que en las playas del Mediterráneo hay peces tan peligrosos como los tiburones, o casi.

Poca broma. El pasado 13 de Julio, sobre las 13:45 horas, una niña sevillana de 7 años fue atacada en plena Playa de San Juan (Alicante) por un pez inidentificado, que se dio a la fuga tras el incidente. Las autoridades locales, tras consultar a un experto pescador, se han apresurado a decir que, seguramente, se trate de un golfar.

Nombre de moda: golfar. ¡Y nosotros que no sabíamos ni que existía un potencial asesino entre nosotros! El golfar ha resultado ser el Pomatomus saltatrix, o sea, la anjova, chova, pez rey, tallahams, etc., según el pueblo donde nos lo encontremos. Al menos, el suceso nos brinda una ocasión estupenda para que la gente entienda la pequeña manía que tenemos los biólogos de citar el nombre científico de cada especie:



NOMBRES LOCALES:
Alicante: --> Golfar
Arenys de Mar: --> Tallahams
Arguineguin: --> Anjova
Arguineguin: --> Pejerrey
Arguineguin: --> Pez rey
Arguineguin: --> Rey
Arrecife de Lanzarote: --> Anjova
Arrecife de Lanzarote: --> Pez rey
Arrecife de Lanzarote: --> Rey
Barbate: --> Chova
Barcelona: --> Lliri
Barcelona: --> Titolero
Blanes: --> Lliri
Cadiz: --> Chova
Cambrils: --> Llobarra
Cambrils: --> Tallahams
Conil: --> Chova
Cullera: --> Anjova
Cullera: --> Tallahams
Ferrol: --> Chova
Huelva: --> Chova
Isla Cristina: --> Anjova
Isla Cristina: --> Chova
L'Ametlla de Mar: --> Tallahams
Las Palmas: --> Anjova
Las Palmas: --> Pez rey
Las Palmas: --> Rey
Palamos: --> Trencahams
Puerto de Santa Maria: --> Chova
Rosas: --> Tallahams
Rosas: --> Trencahams
San Carlos de la Rapita: --> Tallahams
San Carlos de la Rapita: --> Tallams
Sanlucar De Barrameda: --> Chova
Santa Cruz de Tenerife: --> Anjova
Santa Cruz de Tenerife: --> Pez rey
Santa Cruz de Tenerife: --> Rey
Santa Pola: --> Golfar
Tarifa: --> Chova
Tarragona: --> Tallahams
Valencia: --> Anjova
Valencia: --> Tallahams
Vilanova i la Geltru: --> Tallahams
Villajoyosa: --> Golfar

¿Lo entienden ahora? Con la mayoría de los peces pasa lo mismo. No sólo en cada pueblo se les llama de una forma, sino que, en muchas ocasiones, ¡se usan varias denominaciones en el mismo sitio! Para terminar de embrollar la cosa, el mismo nombre se puede usar en otro pueblo para designar a diferente animal. Así, a bote pronto, debe haber al menos una veintena de especies que responden al nombre de "Pez Rey" o "Pejerrey" en diferentes lugares de nuestra geografía. El empleo del nombre científico oficial Pomatomus saltatrix, es así imprescindible para que nos entendamos entre todos. El problema es aplicable para la mayoría de las especies de animales y plantas. O sea, que no me vayan a tachar de pedante la próxima vez que me vean escribir "tortuga mora (Testudo graeca)".

El caso es que este animal poco recomendable no había hecho nada digno de mención en dos mil años de historia, hasta la semana pasada. Se conocía, eso sí, su agresividad y sus ganas de luchar hasta el último momento cuando es capturado. No en vano, sus nombres catalanes, "trencahams" y "tallahams" se traducen, respectivamente, como "rompeanzuelos" y "cortaanzuelos". La afirmación del alcalde de Alicante de que la mandíbula de este pez puede cortar incluso el acero es, sin embargo, una exageración de pescador. Posiblemente, como mucho, pueda cortar el sedal. Es típico de este pez el volverse contra el pescador desprevenido para propinarle un buen mordisco antes de morir.

Y seguramente se debe a esta, seguramente merecida, mala fama el hecho de que se piense que ha sido precisamente un golfar el causante del ataque. Porque por lo demás, no hay nada más que nos haga sospechar que este pobre pez sea el culpable de tan lamentable accidente. Al golfar no se le ha concedido el beneficio de la duda, la constitucional presunción de inocencia. Lo único que vieron los presentes fue una sombra gris de unos 40 o 50 cm de longitud que se acercó como una exhalación a morder la mano de la niña, tras lo cuál desapareció rápidamente aguas adentro. Por ser, bien podría haber sido un espetón (Sphyraena sphyraena), un palometón (Lichia amia), un pez limón (Seriola dumerili) o incluso una caballa (Scomber scombrus). En el Mediterráneo no faltan peces carnívoros de tamaño mediano que puedan atacar, en un momento dado, a cualquier cosa que se mueva y brille de forma sospechosa.

Sospecho que las autoridades han preferido culpar al relativamente desconocido golfar, para evitar que cunda el pánico (por otra parte, innecesario). Imagino que hubiera sido peor decir que fue un espetón, primo hermano de la temida barracuda, o una Seriola, el carángido más grande del Mediterráneo, o una caballa, de la que se sabe que suelen viajar en bancos de cientos o miles de individuos. Lo que menos deseaban las autoridades para evitar alejar al turismo de las playas era que se corriera el rumor de que existen bancos compuestos por centenares de peces carnívoros atacando a los bañistas. Así que el golfar era la cabeza de turco perfecta. Mucho peor aún, desde luego, hubiera sido reconocer que no tienen ni idea de qué especie de animal pudo ser, y dejar que la imaginación popular llenara el vacío con enormes y alicantinos monstruos marinos ávidos de sangre fresca.

Esta historia tiene dos finales. El final bueno es que la niña, que fue operada en el Hospital General de Alicante, ha evolucionado bien, y ya ha recuperado la movilidad de los dedos de la mano. Ahora necesitará unos meses de rehabilitación, eso sí, pero todo habrá quedado en un pequeño gran susto.

El otro final, el que poca gente conoce, es mucho más triste. En la confusión del momento, la niña fue rescatada y atendida por un vendedor ambulante que se estaba ganando el jornal de aquel día en la Playa de San Juan, con toda probabilidad, un inmigrante sin papeles. Un héroe por un día que no dudó ni un segundo en meterse en el agua a rescatar a una niña que gritaba de dolor, rodeada de agua teñida de sangre, mientras el resto de la playa se preguntaba desde la orilla si un tiburón o algo peor les iba a fastidiar las vacaciones. Según parece, este samaritano del siglo XXI se ocupó de que la niña fuera rápidamente atendida por los miembros de la Cruz Roja, para luego desaparecer discretamente en el obligado anonimato de los ilegales. La familia de la niña sigue buscando su paradero a través de los periódicos, para darle las gracias. Pero no creo que aparezca. Los sin papeles que se ganan la vida intentando vender cualquier cosa por las playas españolas no merecen en este país ni ser nombrados en las noticias. Ya se sabe que la SGAE y la justicia española son más implacables que cualquier pez carnívoro que pueda acercarse a nuestras costas.

7 Comments:

Anonymous Anónimo said...

la persona que sacó a la niña del mar, es senegalés. Además de recibir el agradecimiento de los padres, ha sido legalizada su situación de "sin papeles", y le han ofrecido un puesto de trabajo.

9/8/06 9:20 p. m.  
Blogger El Diablo said...

¡Vaya! ¡Me alegro de que, por una vez, acabe bien una historia! Gracias por la actualización.

14/8/06 12:38 a. m.  
Blogger Jose said...

Hola, diablo.
Respecto al inmigrante, la noticia que tenía era que los padres de la niña y las autoridades locales le estaban buscando para regularizar su situación. Si lo han encontrado, me alegro mucho.

Respecto al golfar, ¿qué opinas de la posibilidad de que haya sido un ejemplar joven de prionace glauca (tintorera, tiburón azul)?

27/8/06 6:48 p. m.  
Blogger El Diablo said...

Bueno, no sé lo suficiente de la biología de la tintorera como para que mi opinión cuente mucho, pero supongo que no es descartable, y de hecho, considero más probable que sea una cría de tintorera la que se acerque a la playa antes que un adulto de tallahams o de cualquier otro perciforme carnívoro grande, porque éstos llevan una vida más pelágica incluso que los tiburones medianos.

En el texto de mi artículo, he intentado dejar claro que el alcalde culpó al tallahams (un pez muy poco conocido por el público), sin tener ninguna prueba, sólo para no levantar la histeria colectiva que hubiera producido la mención de la palabra "tiburón". En realidad, podría haber sido cualquier cosa.

Lo que veo más extraño es que una cría de tintorera ataque la mano de una niña, ya que los tiburones suelen guiarse por el olfato y las señales eléctricas para localizar las presas, más que por la vista. Creo más probable que el ataque fuera perpetrado por un pez que se guíe por la vista, y que le llamara la atención cualquier anillo o adorno que llevara la niña. Aunque también ignoro si la niña podía tener alguna herida abierta que desprendiera sangre. Eso podría haber atraído a la tintorera.

En cualquier caso, sin haber visto ni al pez, ni a la niña, todo lo que podemos decir son sólo conjeturas basadas en los comportamientos habituales, cuando está claro que esto fue una cosa muy poco habitual. Sin haber hecho un análisis riguroso de los detalles de la herida (distancia entre dientes, número de hileras, distribución de tamaños, profundidad de los cortes, ángulo de la mandíbula, etc.), nunca podremos asignar la culpabilidad a ninguna especie en concreto. E incluso así sería difícil. Ignoro si se hizo semejante estudio, pero lo dudo mucho, porque no creo que haya muchos expertos en "ictiología forense" disponibles en este país.

Mi intuición, sin embargo, sigue haciendo que me decante por los tiburones como culpables más probables que cualquier pez óseo, pero decirlo no sería políticamente correcto.

28/8/06 10:18 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hola a todos. La verdad es que no me extrañaría nada que se tratase de un tallahams. Los he pescado en muchas ocasiones y puedo deciros que poseen una mandíbula temible, capaz de rebanar un pez de buen tamaño como si de mantequilla se tratase, dejando sólo una boqueante cabeza al fastidiado pescador. De todos modos no atacan al hombre y seguramente fué atraído por el tintineo de una pulsera metálica que llevaba la víctima. No en vano son muy efectivos para su pesca señuelos equipados con bolitas metálicas en su interior a modo de sonajeros. Hay que tener en cuenta que estos peces se guían por las vibraciones que producen sus presas en las aguas turbias de las playas batidas por el oleaje y pueden acercarse hasta escasos metros de la misma orilla.
La serviola (seriola dumerilii) y el palometón (lichia amia) tienen unos dientes muy finitos, a modo de lija orientada al interior. El bonito (Sarda sarda) y la caballa (Scomber scombrus) o su pariente el estornino (Scomber japonicus) sí poseen dientes pero no se dedican a dar mordiscos a sus presas y pueblan aguas muuuucho más profundas. (Lo del tiburón no me lo creo). Saludos Tossut

16/9/06 10:01 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es bastante probable que fuera una chova ya que sólo hubo un ataque de prueba (a veces persiguiendo sardinas se acercan a la rompiente de las olas a escasos metros de las playas) y no cercenó los dedos o toda la mano, seguramente porque mordió probando para ver que era eso. Si llega a ser una tintorera o un azul pequeño el desenlace hubiera sido distinto y los desgarros producidos habrían hecho casi imposible la reconstrucción de la mano y/o los dedos.

17/8/07 1:23 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

ayer buceando por la playa del miracle en tarragona nos ataco un banco de tallahams a una profundidad de 7 metros, yo estaba sin proteccion alguna solo con el bañador y pense que no salia, por suerte no paso nada grave porque pude defenderme con los pies y las manos.

en esta playa jay muchos tallahams este año.

27/7/09 5:59 p. m.  

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